Fundido a blanco
Recuerdo tu risa en el coche y es lo único que hace que esta sucesión de imágenes finitas sea más llevadera estas horas después. No cerré los ojos y ahora todas las imágenes siguen estando ahí, detrás de mis ojos, delante de mi memoria repitiéndose en bucle, como si hubiese frameado ese momento involuntariamente, como si hubiese hecho un gif en primerísimo primer plano de todo lo que sucedió en esos instantes. Igual que un gif, porque la primera vez que sucede, en esa primera vez el sonido fue atronador: tus gritos, el impacto, la tierra que entraba por el cristal (tu fundido a negro), la explosión blanca delante de mí, el infinito segundo que no deja de repetirse donde pienso: esto es lo último que voy a ver, esto es todo, todo está terminando. Espere una supresión de la conciencia, no pasó. Solo se suprimió el sonido. O quizá yo dejé de escuchar. Esperé mi pantalla a negro, no sucedió. Y así ya todas las veces, sin sonido, sin gritos, sin impactos atronadores, solo una tira de imágenes que se relevan unas a otras, a diferentes ritmos, después un gran vacío, y entre el humo vi tu pelo y tu rostro ensangrentado fue la imagen de la vida.
No sé qué pensar de la muerte. Yo lo que siento es que cuando me muera, no quiero que sea como tenía la sensación durante el impacto que iba a ser: pasar por una explosión super fuerte, ver una imagen inundada por el estrés y la adrenalina, y pensar: “es que esto es lo último que voy a ver y a sentir”. Que no sea una explosión blanca, sino un fundido, algo que va degradándose, quiero degradarme, apagarme…. No quiero que haya una explosión, pensar y apagarme. Quiero que mi conciencia vaya reduciéndose poco a poco, porque mi conciencia estaba altísima durante esos segundos, no estaba apagándose y sentí todo. Lo que yo quiero es que cuando me llegue el momento de morir me vaya apagando, que sea algo progresivo. Que la muerte sea una progresión no un impacto. No sé cómo decirte, quiero apagarme. No quiero explosionar y apagarme. No quiero tener una superconciencia de mi misma y apagarme. Quiero ir perdiendo la conciencia del ser, y creo que la muerte de hecho es la pérdida del ser. Quiero perderme. Quiero que las sensaciones disminuyan. Quiero apagarme.
Déborah García Sánchez-Marín
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Nota: Todas las imágenes me pertenecen.